sábado, 12 de octubre de 2019

ARCOS, FLECHAS Y MACANAS EN EL OFENSIVA ANTICOLONIAL DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS: desde Paria hasta el golfo de Venezuela




Escrito por: Nelly Guilarte Ugas 


La península de Paria,  al oriente del territorio venezolano  es uno de los espacios por donde se inicia la invasión y conquista de nuestro continente, a estos espacios trajinados y vividos desde tiempos inmemoriales por sus originarios pobladores   los Europeos  le impusieron por nombre América, las tierras orientales ocupadas  por los invasores en los últimos años del siglo XV, fueron objeto de exploraciones por las expediciones  españolas, instalando en los primeros años del XVI  pesquerías de perlas, actividad que impulsó con voracidad la cacería humana para vender los indígenas en el mercado esclavista del Caribe, la batida para capturar hombres, mujeres y niños no se limitó al oriente del territorio sino que se extendió por toda la costa inclusive penetró las montañas y valles interioranos de la cordillera de la Costa desde Paria hasta el Golfo de Venezuela.[1]. Escalofriante la Relación de Fray Bartolomé de las Casas en  su Brevísima relación de la destrucción de las indias al referirse a la actuación de los mercaderes Alemanes en Venezuela.

“Han asolado, destruido y despoblado estos demonios encarnados más de cuatrocientas leguas de tierras felicísimas, y en ellas grandes y admirables provincias, valles de cuarenta leguas, regiones amenísimas, poblaciones muy grandes, riquísimas de gentes y oro. Han muerto y despedazado totalmente grandes y diversas naciones, muchas lenguas que no han dejado persona que las hable, si no son algunos que se habrán metido en las cavernas y entrañas de la tierra huyendo de tan extraño e pestilencial cuchillo…”[2]

     Podríamos decir que desde aquellos contactos iniciales  de asombro e intercambio amistosos de  hospitalidad por parte de los indígenas, el desenlace  de codicia y viles atropellos  encarnizados  a que se someten a los pueblos originarios la sanguinaria  y despiadada relación que los invasores imprimen, hace rápidamente entender a los pueblos originarios que su relación con estos debería ser distinta y en ese sentido inician  su natural defensa.

Las iniciales muestras de buena amistad que al principio dispensaron los originarios en el contacto inicial quedo en el pasado,  ya eran suficiente las muestras de enemistad, todas las tropelías que se habían sucedido en más de medio siglo  de presencia colonial, las expresiones de fuerza muestran la faz  belicosa y la avaricia desmedida de los españoles, destruyen, asesina, violan, usurpan y hacen gala de su superioridad;  la codicia orienta el desenfreno usurpador que les caracteriza.

Frente a la supremacía bélica  y la experiencia militar de las tropas colonialistas los indígenas pertrechados de su intrepidez y arrojo convirtieron sus instrumentos de caza, pesca, laboreo y defensa personal en inexpugnable armas para el combate; arcos[3], flechas, macanas[4] en combinación con sus conocimientos relativos al poder mortíferos de algunas plantas y animales ponzoñosos también fueron utilizados como armas de guerra[5]; una beligerancia no convencional que tomó de sorpresa a los ejércitos invasores en muchas oportunidades. Las técnicas que utilizaban en la caza de animales la transformaron en  táctica de emboscadas, disimulados con el ropaje natural de los montes, ocultos entre peñascos y velados entre las oscuras noches atacaban a los improvisados campamentos invasores[6]; abrían hoyos por donde habían de pasar los enemigos, clavan estacas envenenas en estos y en los alrededores de sus cobijos.

“En la guerra hacen hoyos en los caminos  y en las partes que presumen y entienden  han de venir a pasar sus enemigos y en ellos hincan estacas agudas tostadas y untadas de hierbas para que en ellos caigan  y se maten. Ponente asi  mismo puyas untadas con lo propio en las labranzas y veredas y junto a sus casas entre la hierba. Son peligrosísimas  por la mala untura y no verla hasta que están heridos.”[7]

La penetración y ocupación al territorio fue lenta, tardía, dificultosa y hasta vergonzosa para las tropas invasoras  por disímiles razones, pero en lo que se refiere al territorio que geográficamente se extendía desde Macarapana hasta Borburata, y muy específicamente el área central espacio vivido por  los “indios Caracas la razón fundamental  fue la resistencia bravía con la que indígenas que habitaban dichas tierras enfrentaron  al invasor imperial; ilustrativa es la referencia que nos dejó Tolosa en su relación sobre la Gobernación de Venezuela de 1548.

“…fuera de la laguna a dos  ya a tres y quatro  cada diez y quince leguas ay yndios en mediana cantidad de nación caracas y otras naciones y esta gente  trae algun oro y ropa de hamaca  habitan en cierras asperas es gente belicosa y guerrera pelean con arcos y flechas i tienen muy fina  yerva esa gente de a pie hacen muy poco caso que ha acontecido  a beynte españoles salir beynte yndios y matar quantos españoles  y como la yerva es tan temida y el provecho que de los yndios se puede sacar poco se están estos yndios sin dar lo que pueden a su magestad”[8]

Las fuentes escritas que hemos revisado  concerniente  al proceso ocupación en el área correspondiente a la región central de Venezuela  indican que estos pobladores originarios estaban alzados; pues los informes dados por los conquistadores en los legajos dónde relatan sus órdenes de operaciones, expresamente afirman su propósito de apaciguar y pacificar a los indígenas.[9] 

La fiereza y belicosidad  de los indígenas es indiscutible, la documentación  que hemos revisado son evidencia fehaciente de que a los conquistadores no se les hizo nada fácil  penetrar las tierras  comprendidas entre Caracas y Borburata, los contactos por la costa emprendidos por Francisco Fajardo no fueron suficiente  para adentrarse en el territorio y establecer fundaciones  duraderas, someter a los belicosos y aguerridos pueblos asentados en estos territorios fue cuesta arriba, fundadas algunas efímeras poblaciones en la costa o el valle de los Caracas  estos las despoblaban, como también atacaban cualquier existencia instituida por los españoles en estos espacios centrales de Venezuela “Y no contentos los indios  con haber  echado los españoles de esta Provincia iban a los hatos de vacas y estancias de la ciudad de Valencia que está de esta de Santiago de León veinte y cuatro leguas a la parte occidental y hacían mucho daño procurando desdoblarla como habían hecho  a estos dos pueblos…”[10]

Los distintos grupos  en su mayoría de filiación Caribe repartidos entre valles, montaña, y sabanas por el centro del territorio venezolano que  conformaban la gran región de los Caracas; defendieron con arrojo su derecho a la libertad, la lucha fue encarnizada, con sus armas defendieron el territorio  de los ejércitos ocupantes,  les hicieron retroceder en muchas oportunidades con su aguerrida ofensiva.

El violento proceso de ocupación fue causa da la despoblación en vastos territorios, por la fuerza sometieron a quienes sobrevivieron a sus matanzas, algunos capturados, otros sometiéndose a sus opresores y  los restante atrincherados en las intrincadas montañas mantienen su insumisa rebeldía, dándole guerra a los conquistadores durante un dilatado tiempo. En contra de estos insurgentes se desató unan feroz y sanguinaria persecución que ni los mismos relatos oficiales  de sus contendores pudieron ocultar, evidencia de tal afirmación  la encontramos en una correspondencia oficial que en 1612 envía a las autoridades españolas el Gobernador García Girón, donde comunica la condiciones de la Provincia de Venezuela y al dar cuenta de la situación con los indios alzados en las montañas de Nirgua reseña:

“…y los boy con blandura trayendo a la paz y an venido de caciques principales a la ciudad de valencia… y les estoy aguardando aquí  por este camino se reducirán pues por  el de la guerra me parece no a propósito  por las grandes crueldades que los soldados an echo bendiendoles en las ciudades vecinas y en cartajena y aorcandolos y matándolos todo por su gusto[11]

Las distintas crueldades y vejaciones tales como: Esclavitud[12], asesinatos, mutilaciones entre otros castigos utilizadas por los tiránicos conquistadores no  lograron apaciguar la insurgencia de los pueblos originarios alzados contra el imperio español en la Provincia de Venezuela; en 1621 en carta del Gobernador Francisco de la Hoz y Berrios escrita en la ciudad de Trujillo y donde  se anexa un documento  firmado por el cabildo de la ciudad de Maracaibo con una serie de argumentos sobre la actuación del mencionado gobernador y entre los méritos que se destacan para solicitar al Rey sea prorrogado por tres años su mandato en la Provincia refieren que este ha logrado con castigos reducir los indios alzados entre los mencionados están: Quiriquires en la jurisdicción Caracas, Xiraharas en Nirgua, Gayones Barquisimeto , Guamonteyes en los llanos y los rebeldes de la laguna de Maracaibo.[13]

Refiere la documentación citada que este alto funcionario ordenó a sus capitanes castigar a los indios “delincuentes” suponemos que con esta etiqueta descalificaba a quienes conducían la insurgencia que al descabezarla facilitaba la reducción de los demás “…por cuya orden se castigaban los delincuentes  y se reduxen los demás yndios  de esta parcialidad[14] asi se expresa de los Quiriquires; de igual forma lo hace con  “los yndios de nación Gayones que en sus términos estaban revelados asi mismo ha enviado algunos capitanes con soldados al castigo Xirahara que demas de ser muchos son belicosos”[15]

La experticia que les proporcionaba el conocimiento del territorio les permitió a los pueblos originarios  organizar su lucha  la defensa de  este y su ofensiva frente al avance del invasor  para hacerlos retroceder desde las alturas atacaron con flechas envenenadas escondidos entre peñascos y montes atacaron con macanas con gritos  y sonidos de fotutos los hacían retroceder  su carácter impetuosos y beligerante dio a su lucha largo aliento ye hizo dificultoso el proceso de  sometimiento.

Los pueblos originarios que se opusieron a la ocupación imperial de las huestes españolas,  encararon con arrojo bravío la arremetida conquistadora haciendo muy embarazoso el avance y la penetración al interior de estas tierras, asi mismo obstaculizaron la consolidación de los asentamientos poblacionales. Sin embargo logró imponerse militarmente la supremacía de las armas despóticas, asaltando territorios estableciendo asentamientos urbanos y usurpando  tierras.










[1] DE LAS CASA, Bartolomé Historia Brevísima descripción de la situación de las indias P. 25 Desde la costa de Paria hasta el golfo de Venezuela, exclusive, que habrá doscientas leguas, han sido grandes e señaladas las destruiciones que los españoles han hecho en aquellas gentes, salteándolos y tomándolos los más que podían a vida para venderlos por esclavos.
[2] Ídem  P.28
[3] BRICEÑO PEROZO,  Mario, Temas de Historia Colonial Venezolana tomo II.  Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia  Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela Caracas 1986 p.627  “son muy certeros y diestros en el arco porque desde niños son ejercitados en él y fácilmente a un conejo como va corriendo lo flechan y matan”
[4] Ídem “…su pelear es a pie, flechándose y otras veces con macanas que es un arma a manera de espada con dos filos votos es ancha la punta como una mano son largas hasta la cintura y otras hasta la barba con las cuales juegan de montante a dos manos y con las pequeñas con una. Hacenla labradas y pintadas y siempre traen estas macanas en la mano, que le sirven de arma y bordón…”
[5] FERNÁNDEZ DE OVIEDO, GONZALO Sumario de la natural historia de las Indias. México: Fondo de Cultura Económica, 1950. 279 págs. CIHAC. CM- Versión digital E17-28  Consultado en Google libros en 10/agosto/2014   p.214  La yerba de que aquestos indios usan la hacen, según algunos indios me han dicho, de unas manzanillas olorosas y de ciertas hormigas grandes, de que adelante se hará mención, y de víboras y alacranes y otras ponzoñas que ellos mezclan, y la hacen negra que parece cerapez muy negra
[6] OVIEDO Y BAÑOS José; Ob.cit.  p. 288 “Retirados los indios, Losada por dar alivio a su gente fatigada con los trabajos de aquel día, hubo de quedarse aquella noche a la entrada de unas montañuelas, que llaman las Lagunillas, aunque no pudo lograr el descanso que deseaba, porque los indios aprovechándose de la obscuridad, salieron de las quebradas donde se habían ocultado, y valiéndose de una ridícula estratagema, que les dictó su invención, se vistieron de la misma paja de la sabana, y como ésta por ser verano, estaba seca y crecida, sin que pudiesen ser vistos se llegaban hasta el mismo alojamiento, y disparaban sus flechas, con notable daño de la gente de servicio, que como más desprevenida era la más maltratada, hallándose por instantes, sin saber por dónde, heridos, sin que pudiese el discurso prevenir el origen de aquel daño”
[7] BRICEÑO PEROZO,  Mario Ob.cit. p 628
[8] AGI Patronato 294 N28 Doc. cit.  folio 6
[9] Ídem folio 16-17 “…el dicho señor governador le ha enviado con jente de pie y a cavallo  como a u teniente a conquistar y apaciguar la dicha laguna de de tacarigua y el puerto de Borburata y Caracas y sus comarcas donde ha mandado busque minas”
[10] BRICEÑO PEROZO,  Mario. Ob.cit. p. 618-619

[11] AGI. Santo Domingo Carta de Gobernadores  Gracia de Giron. 193,R.16,N69 folio 2-3
[12] El re-dimensionamiento de la política colonial de España respecto al tratamiento de los “indios” en el “nuevo continente” y que implicó el reconocimiento de estos como vasallos del Rey, por lo tanto a ser protegidos, conllevó a la promulgación de leyes que los eximia de la esclavitud; pero con los pueblos caribes se mantuvieron las disposiciones reales  que autorizaban su esclavización hasta  bien adentrado el siglo XVIII; todavía en 1756 una real cedula referida a las libertades de los indios  indica  que los indios de América no podrían sufrir de esclavitud  excepto los Caribes. ARCILA FARIAS, Eduardo; El régimen de la encomienda en Venezuela. Universidad Central de Venezuela 3era edición Caracas 1979 p. 42
[13] AGI. Santo Domingo Carta de Gobernadores Carta de Francisco de la Hoz Berrios  194 R 1N9 folio 2-3
[14] Ídem folio 2
[15] Ibidem


sábado, 9 de febrero de 2019

LA MEMORIA, IMAGEN EN EL AIRE DEL TIEMPO.


Autora: Nelly Guilarte Ugas
Inicia el febrero Rebelde de 2019, sonaban con fuerza los tambores de la  guerra que nos imponen las fuerzas imperialista; pero también había rugido de pueblo bravío en las calles de mi patria Venezuela; y como estamos dispuestos  a ser libres continuamos nuestra marcha victoriosa en todos los espacios;  en una de esas trincheras  hombres y mujeres  nos estamos encontrando  para hacernos del oficio de cronistas comunales y así   escribir relatos  con nuestros:  sabores,   colores, olores,  rostros,  risas y dolores. El primero de febrero el invitado a compartir sus saberes es el Poeta Pedro Ruiz, lugar de encuentro la sala de lectura infantil de la Biblioteca Agustín Codazzi de Maracay en el Edo. Aragua
Fotos de la Periodista Omaira Ochoa
El encuentro con Pedro  auguraba ser una sección de gran calidez humana, quienes le conocían  con anterioridad manifestaron querer estar para escucharlo,  a decir de una maestra la amiga Maury Mota  quien manifiesta "escuchar a Pedro es un banquete" y solicitó permiso para ir y llevar sus estudiantes de la Universidad, aja los que estábamos en la organización empezamos con el tejemaneje hay que buscar como meter tanta gente, ¿será que hay espacios para todos?, bueno donde comen dos comen tres, la sala se llenó,  no sé de donde salió tanta silla, es mas lo que no sé, es como, fueron acomodándose y quedaron todas arregladitas, aja y se acabaron  las sillas, entonces  pelaron por los cojines  agotados estos,  los que llegaron de ultimo no  les quedó otra que estar  de pie.

Foto: Omaira Ochoa
Poetas, poetisas escritores, maestras, músicos, cantores, periodistas, comuneros, comuneras, estudiantes, escritores, escribidores, caricaturistas, habladores y habladoras,  y de todo pueblo, pueblo de los que sueñan despierto  o a decir de los viejos que duermen con un ojo abierto; dispuestos y dispuestas a escuchar al Maestro,  se inicio la jornada;  Pedro hombre de estampa pulcra y sincera, de palabra clara, diáfana y sencilla, nos incita a la escucha para reconocernos hijos que somos  de las entrañas del  pueblo, el poeta nos increpa al afirmar que “somos seres poblados de memoria y es la memoria la que nos hace perdurable”, el maestro desliza su palabra  entre la reflexión profunda desde su experiencia de vida y su vasto conocimiento  de las obras que ha leído desde su temprana edad cuando aún era un niño, sin pretensión alguna ni prepotencia académica va recomendando sin arrogancias una lista de:  literatos, poetas e historiadores venezolanos y nuestro americanos entre los que puede registrar Mario Briceño Iragorry, Orlando Araujo, Julio Cesar Salas,  José Martí, insistiendo en  que estos hacen un aporte extraordinario para el fortalecimiento de nuestra identidad  y  la comprensión de nuestras realidades y que sin temor a equívocos  afirmó; estos  han permitido el redescubrimiento de nuestra esencia de pueblo  noble,  tan necesarias en estos momentos de acecho imperial, dijo:  esta es parte de nuestra literatura insurgente.

Con jovialidad y contundencia amena  nos introduce en definiciones entre crónica e historia, para él la crónica es un instrumento de resistencia cultural, la define como un genero libre donde se recoge la palabra, la querencia que está llena de vida; con sus expresivos gestos  y haciendo uso de sus verbo florido remembro momentos de su vida personal;  de estos me impactó  los de su infancia  cuando  relató: “ desde que di mis primeros pasos  lo hicimos  entre mitos y leyendas la falta de luz  estos nos permitió  tener tiempo para el dialogo y la crónica”,  esta reflexión personal del Maestro  me toco en lo más profundo de mi existencia   y a mi memoria llegaron con ternura  imágenes de mi infancia; aquella casona campesina  de paredes de barro su  amplia sala y en esta dos tures de rustica madera, dos bancos, una mesa cuatro silla de la misma estirpe, un cuadro de Bolivar en su caballo blanco  en la mitad de arriba  la otra mitad era un espejo espejo  grande   y  para completar la estampa de la sala  un chinchorro en el que  reposaba   y se recuperaba de la faena dura  de las labores agrícolas  papá,  Nicanor Ugas, mi abuelo materno,  severo como siempre,  con sus manos llenas de callos que no por esa textura rustica  dejaban de ser tiernas, también se hicieron presente sus historias, cuentos, mitos y leyenda  que fluían libremente  mientras las neblinas cubrían con su manto  los ruidos misteriosos y sombríos  en las encumbradas noches oscuras y fría de los caseríos asentados en las montañas de la cordillera de Paria  en el oriente venezolano
Haciendo un esfuerzo para no dejar escapar la magia  que llego a mi memoria de aquellos momentos intensamente vívidos, retomé el hilo de la disertación de Pedro, lo escucho  con detenimiento decir con propiedad “La crónica es uno de los  instrumentos firmes y más libre de resistencia cultural, permite redescubrirnos  en el alma de nuestro pueblo  e ir hacia él; por eso les digo el método para hacer crónicas comunales tiene que ser la pasión por el pueblo, respetar sus saberes y sobre todos si Uds. quieren ser cronistas comunales tienen que escuchar sobre todo, escuchar y escribir como se habla, como habla nuestro pueblo"
Esta es mi crónica sobre el primer encuentro con el Poeta Pedro Ruiz; en nombre de la Red Historia Memoria y Patrimonio del Edo. Aragua le agradecemos al Poeta, Maestro y Camarada tanta poesías  junta en 3 horas de encuentro;  para hacernos comprender  que desde la perspectiva de la memoria  siempre en nosotros hay un pueblo que está  intacto, la memoria es la imagen en el aire del tiempo.
Fotografía Omaira Ochoa 

viernes, 30 de noviembre de 2018

ANDRÉS BELLO Y LAS INCERTIDUMBRES


Escrito por Nelly Guilarte
El brevísimo artículo que dejo para la lectura, es el resultado de una preliminar investigación y acercamiento a documentación relacionada con Andrés Bello; realizado para cumplir con una invitación que me hicieran desde el Gabinete de Cultura del Estado Aragua, a propósito de la  recordación de los 237 años de su natalicio; aprovecho para agradecer la deferencia por la invitación , circunstancias que   me impusieron la responsabilidad de aproximarme  a la vida de este venezolano de extraordinarios atributos digno de reconocimiento, independientemente que se compartan sus posturas.

Por otra parte manifiesto  que en mis inclinaciones investigativas  poco interés le he dado  al estudio de las individualidades, consecuencia directa  de mi formación, tanto en los espacios académicos, como en la  escuela de la vida,  ambas me han conducido  a  la de los procesos  sociales y colectivos; con esta orientación trajinamos por la enriquecedora y contradictoria realidad; en consecuencia nos aproximamos  a las especificidades, particularidades o individualidades desde el análisis, la contextualización y la comprensión  de la realidad concreta donde se desenvuelve.

En este sentido, los esfuerzos de estas apreciaciones sobre Andrés Bello la abordamos en esa realidad contextual de su tiempo vivido, no para el halago adulador, tampoco para el vil desdeño; sino para poner al relieve elementos desde otras miradas en otros tiempos, también signados por las perturbadoras incertidumbres y la imperiosa necesidad de repensarnos frente a la tolvanera avasallante de la hegemonía imperial que nos subyuga. Las apreciaciones que dejo a continuación las  hago convencida que no todo está dicho siempre e encontraremos otras voces necesarias para romper con silencios ensordecedores 

Andrés Bello y su obra no se le puede entender desde dogmas o falsas dicotomías, sino en el marco de la complejidad de los procesos sociales  y los inciertos laberintos que recorren los seres humanos en las convulsivas circunstancias que le corresponde transitar espacios y tiempo para construir su devenir histórico, en el marco de condicionantes que inciden en el accionar de los sujetos sociales, sus posturas y decisiones; con estas premisas esbozadas nos adentraremos en señalar los escenarios que sirvieron de contexto a la vida de este hombre.

El calendario marcaba más de 200  años, desde  la inicial ocupación  de las huestes imperiales al territorio del aguerrido pueblo  Caraca; tiempo suficiente para que en las tierras usurpadas se hubiere consumado  el establecimiento  institucional del imperio español y  la consolidación de una sociedad de castas. Caracas no contaba con el esplendor de las ciudades virreinales como México o Lima, pero si con una poderosa aristocracia territorial  fortalecida por el creciente apogeo de la expansión en la producción de cacao, añil y tabaco, productos que la incorporaron de manera preponderante en el mercado capitalista mundial; en este contexto iniciaba la octava década del siglo XVIII cuándo  un 29 de noviembre de 1781 nace en el hogar de una modesta y reconocida  familia caraqueña de blancos de orilla un niño  que le bautizaron con el nombre de Andrés Bello,  hijo Bartolomé Bello músico jurisconsulto y Ana Antonia López[1]  señora dedicaba a los quehaceres hogareños .

La familia de Bello instituyó su reconocimiento y aceptación social en sus dotes individuales del conocimiento e intelecto, al amparo de la iglesia pudo el niño Andrés apropiarse de una educación prominente llegándose a convertir a temprana edad en una destacada figura  intelectual de la época,  a los 19 años ya había terminado sus estudios filosóficos con el grado  de Bachiller en Arte, hombre de buena escritura disciplina y método, también domina el latín y posee conocimientos del francés e ingles; se sabe que también le correspondió ejercer como maestro, entre sus discípulos figura nada más y nada menos que Simón Bolívar quien nace en 1783 en la misma Caracas pero entre una de las más encumbradas familias de la aristocracia colonial descendiente de los primeros conquistadores, esclavistas, dueña de haciendas y una cuantiosa fortuna.

En 1801 es contratado para ejercer funciones de escribiente en la capitanía General  de la Provincia de Venezuela, cuando asume ser parte del funcionariado colonial lo hace en una cargo subalterno, eran tiempos en que  los mantuanos caraqueños se  declaran fieles defensores de los privilegios de casta y se opusieron con energía a las reformas liberales que permitía a los pardos mediante el pago de un canon gozar de algunos privilegios, hasta ahora prohibidos en la legislación española; pero como todo es cambiante, en esa misma sociedad colonial conservadora, surgió desde sus entrañas el más ferviente y desenfrenado ímpetu de libertad e independencia, transformado en el desarrollo de los acontecimientos en lucha anticolonial y de igualación social.

La sociedad colonial Venezolana de la primera década del siglo XIX, había gestado en su seno profundas contradicciones que pugnaban entre si, por un lado la aristocracia de los blancos  criolla se disputaban con la elite gobernante de blancos españoles el control  de la hegemonía política;  por otra parte los pardos confrontaban los privilegios de las dos anteriores y  las de indios y negros forcejeaban contra sistema de opresión a los que estaban sometidos; todas estas inconformidades ya habían producido en las últimas décadas del XVIII un clima de insurgencia que amenazaba la paz del régimen colonial. Por otra parte en Europa se producían acontecimientos  que impactaban  en las colonias, entre estos: el reacomodo geopolítico  de las potencias  imperiales, el auge del liberalismo  y la ilustración; tiempos de estremecimientos. En este  contexto general se desarrolla esta primera etapa de la vida de Bello, entre su nacimiento y 1810, cuando estallan los acontecimientos que condujeron a la declaración de la independencia.

Los sucesos  de 1810 le llevaron a asumir responsabilidades de estado, a solicitud de Bolívar y López Méndez[2], es incorporado en la comisión que viaja a Londres como Oficial Primero de la Secretaría de Relaciones Exteriores  para gestionar los apoyos necesarios de la naciente republica, allí se encuentra con Miranda. Su actuación  en Londres estuvo sujeta a la beligerancia armada que tomó el proceso para la independencia;  a diferencia de Bolívar el se mantiene en Londres como un actor de cancillería  resolviendo y gestionando asuntos de la causa patriótica. En 1817 el Libertador considerando que el gobierno de la república había alcanzado suficiente fuerza para comprometerse en negociaciones políticas y comerciales le designa conjuntamente con Luis López Méndez agente de la república[3]; también representó al  Libertador en asuntos estrictamente personales, refiero  el caso del poder que le otorgó para que se encargara de gestionar la venta de las minas de Aroa.[4]

En Londres[5] reside hasta 1829,   esa estadía  la aprovecha  para meterse de lleno en el mundo de los estudios  y la investigación,  se dedica  escrudiñar en los papeles y documentos originales  de la literatura europea, estudia la raíz  y evolución de los idiomas, el lenguaje, la rima la gramática, de esa estadía, sus trece cuadernillos que constituyen  la prueba irrefutable  de su afán investigativo; según Tania Avilés[6] estos pergaminos contienen transcripciones de documentos originales con abundantes comentarios, reescrituras, tachaduras e innumerables abreviaturas lo que indican que eran materiales de trabajos personales  también nos aporta esta investigadora que los cuadernos estaban escritos en distintos idiomas entre estos  en griego clásico, ingles, francés, español medieval, griego, italiano,  la letra es pequeña y con muchos errores la mayoría de estas investigaciones la realiza en la Biblioteca del Museo Británico  en Londres[7]

Según se desprende de la comunicación epistolar de Bolívar, en los años finales de la tercera década del siglo XIX la situación económica de Bello en Londres embarazosa  y de  gran  precariedad,  de esta había informado al Libertador He tenido el gusto de recibir las cartas de Vd. del 21 de abril; y a la verdad siento infinito la situación en que Vd. se halla colocado con respecto a su destino y la renta”[8],  las pugnas intestinas y el desconocimiento de la autoridad de Bolívar  impedían socorrer de manera expedita la situación; en la correspondencia de Bolívar se reflejan las preocupaciones por las dificultades económicas de Bello y su angustia por no poder resolver en vista  de la poca influencia en el ejecutivo controlado  por Santander  y así lo manifiesta.

 Yo no estoy encargado de las relaciones exteriores, pues que el general, Santander es el que ejerce el poder ejecutivo. Desde luego, yo le recomendaría el reclamo de Vd.; pero mi influjo para con él es muy débil, y nada obtendría. Sin embargo, le he dicho a Revenga que escriba al secretario del exterior, interesándole en favor de Vd”[9]

  Las situaciones difíciles y complejas  lo llevan a tomar la decisión de abandonar Europa para residenciarse en Chile, Simón Bolívar  pretende influir en tal decisión así lo expresa    en una esquela fechada en Quito el 27 de abril de 1829 le pide al señor José Fernández Madrid auxilio para Bello y solicita que este lo persuada a regresar al país.

…Últimamente se le han mandado tres mil pesos a Bello para que pase a Francia; y yo ruego a Vd. encarecidamente que no deje perder a ese ilustrado amigo en el país de la anarquía. Persuada Vd. a Bello que lo menos malo que tiene la América es Colombia, y que si quiere ser empleado en este país, que lo diga y se le dará un buen destino. Su patria debe ser preferida a todo; y él digno de ocupar un puesto muy Importante en ella. Yo conozco la superioridad de este caraqueño con­temporáneo mío: fue mi maestro cuando teníamos la misma edad; y yo le amaba con respeto. Su esquivez nos ha tenido separados en cierto modo, y, por lo mismo, deseo reconciliarme: es decir, ganarlo para Colombia…”[10]
           
Lo enunciado por Bolívar en la correspondencia citada anteriormente  revelan su distanciamiento tanto personal como, en  la causa Bolivariana; es firme su disposición de emprender derroteros propios,  no se deja persuadir. En 1829 abandona Londres y se embarca a tierras americanas con destino a Chile;  sus vínculos amistosos con personeros de la diplomacia  chilena vinculados al liberalismo le habían gestionado un empleo en la Secretaria de Relaciones Exteriores, trabajo  que le proporcionaría  la comodidad, seguridad y estabilidad a la que aspiraba, se establece como funcionario, espacio que le permitió codearse con la clase dirigente chilena que ostenta el poder político para el  momento.

También en Chile allí  se suceden  convulsivos acontecimientos en el orden político  y llegan al poder los conservadores,  encuentran a Bello ejerciendo funciones en Relaciones Exteriores,  allí  se vincula políticamente al sector de la elite conservadora, coloca su caudal intelectual al servicio  y en defensa del orden social dominante de la “oligarquía conservadora chilena”. En ese sentido ya hombre público asume tareas  de estado trascendentes que contribuyen al fortalecimiento  institucional  del mismo, incidiendo  considerablemente en el andamiaje jurídico  y educativo  de Chile  durante el siglo XIX y que se expresan en el código civil  y la creación de la universidad de Chile, donde fue su primer Rector. Con prestigio intelectual  reconocimientos social y respaldo político participa activamente  en la diatriba académica de la época polemiza sobre filosofía y método de la historia,  publica constantemente en El Araucano,  órgano divulgativo de Chile, escribe comentarios de libros, poemas, textos de gramáticas española entre otras.

Seria mezquino  no reconocer  la luminosidad   intelectual y fructífera creación literaria, fue un prominente hombre de letras, un acucioso investigador, destacado filólogo, docente, diplomático, jurisconsulto, como un intelectual maduro  fue un hombre comprometido  con la clase dominante chilena que se hace del poder en el siglo XIX y que consolidó en  esa Nación un estado al servicio de las élites; la afirmación anterior la hacemos no para descalificarlo en  sus dotes de intelectual, sino en función de poner los hechos al relieve sin falsa lisonjas, en nuestra opinión  Bello  mantiene coherencia  entre su pensamiento y su accionar, en primer término  tenia proyecto personal individual y siempre trabajó en eso aportó desde allí, mientras seguía haciendo  y cultivando su intelectualidad.

Como hombre de su tiempo tuvo simpatías y defendió la causa emancipadora con lo que mejor sabia hacer, su palabra escrita convertida en poesía,  así se refleja en  su himno a Colombia escrito en Londres, ilustrativa son los agitados veros patrióticos que dejamos para Uds. de una canción Militar que según dicen escribió para dedicarlas al Libertador [11]

Otra vez con cadenas y muerte
amenaza el tirano español.
Colombianos, volad a las armas,
repeled, repeled la opresión

¿Qué Patriota de nobles ideas
apetece la torpe inacción?
¿quién aprecia el reposo entre grillos?
Ciudadano, morir es mejor.

Libertad, haz que dulce resuene
de Colombia a los hijos tu voz;
 que jamás uno solo se afrente,
prefiriendo la vida al honor.

Libertad es la vida del alma;
servidumbre hace vil al varón.
Defender a un tirano es oprobio,
perecer por la Patria es honor




Andrés Bello un hombre de letras  formado desde muy temprana edad bajo la influencia de la literatura española llegó a manifestar admiración por toda su producción literaria, sus instituciones imperiales incluyendo la figura del rey[12],  veía en la conquista una empresa civilizadora contra la barbarie indígena[13] así lo expresó en sus primeras elaboraciones poéticas de juventud. En su estadía en Europa siguió escrudiñando en la producción literaria imperial antigua, presumimos su continuidad formativa le impidió llegar al convencimiento de la ruptura total con la estética y el imaginario simbólico cultural de la  España imperial.

Su participación en el movimiento emancipador lo hace desde el campo diplomático pero  sin práctica concreta en la contienda belicista  de  la emancipación;  por lo tanto no pudo profundizar en una doctrina social o política para llegar a la infalibilidad de dar al traste con el orden colonial establecido; su actividad intelectual apegada a la producción literaria española solo le permitió hacer sus propias construcciones  algunas conservadoras otras desde  el planteamientos de la  conciliación y el entendimiento y algunas desde la imperiosa necesidad de avanzar en nuestras propias construcciones.[14]

Logra  comprender  y propone la necesidad de andar nuestros propios caminos; alerta sobre los riesgos de una ciencia excesivamente servil  a europea. En sus reflexiones sobre la filosofía y la historia de Chile,  expone que la sociedad Chilena es diferente a la Europa  por lo tanto aconsejaba a los jóvenes  a crear y mirra con sus propios ojos; como estudioso de documentos originales y crónicas escrita por los europeos polemizó con algunas ideas respecto a la historia de América expuestas por los cronistas  y también por sus contemporáneos,  famosa su polémica  con Jacinto Chacón por un prologo que este hace a  José Victorino Lastarria referida al modo de estudiar la Historia y Modo de escribir la Historia, se refería concretamente a la Historia de Chile pero donde expone importantes reflexiones, entre estas citaremos  un fragmento que hemos considerado muy pertinente para el debate ahora que está en el tapete lo relacionado a la descolonización

“Suponer que se quiere que cerremos los ojos a la luz que nos viene de Europa, es pura declamación. Nadie ha pensado en eso. Lo que se quiere es que abramos bien los ojos  a ella, y que no imaginemos encontrar en ella lo que no hay, ni puede haber.[15]

Podríamos decir a manera de cierre que: Bello fue una prominente individualidad del siglo XIX, no escapó a los avatares de su tiempo histórico cabalgó entre sus propias  contradicciones, su obra escrita evidencia su brillante luminosidad como pensador humanista y creador; sin embargo no pudo desprenderse del andamiaje cultural constituido donde se formó por lo tanto atrapado en él,  orientó su intelecto al servicio de las élites gobernantes del territorio donde decidió sembrarse, Chile.

BIBLIOGRAFÍA  MÍNIMA CONSULTADA
BELLO, ANDRES;  Obras completas  POESIAS.  Ediciones del Ministerio de Educación.  Caracas 1952
Obras completas  Temas de Historia y Geografía Ediciones del Ministerio de Educación.  Caracas. 1957
 Antología esencial Fundación Editorial El perro y la rana Caracas 2010
FRAGO, Juan Antonio;  Andrés Bello, historiador de la lengua. Sobre el Cantar de Mío Cid Boletín de Filología, Tomo L Número 1 (2015): 107-134 elite 
GARCIA APONTE, Isaías; Andrés Bello. Contribución  al estudio de las ideas en América. Publicación de la Universidad de Panamá. 1964 p. 42-43
JAKSICA; Iván, Andrés Bello la pasión por el orden Editorial Universitaria. Santiago de Chile  2010
ORREGO VICUÑA, Eugenio; Andrés Bello  itinerario de una vida ejemplar Prensa de la Universidad de Chile  Santiago de Chile 1946
CALDERA, Rafael; Caracas, Londres, Santiago de Chile: las tres etapas de la vida de Bello.  Ediciones de La Casa de Bello Caracas. 1981

SÁNCHEZ  MEROÑO, Juan Manuel; Un modo de escribir la historia de América: el magisterio de Andrés Bello  Cartaphilus 6 (2009), 192-200  Revista de Investigación y Crítica Estética. ISSN: 1887-52






[1] Nieta de Juan Pedro López un distinguido pintor de la época
[2] http://www.agn.gob.ve/index.php/2017/06/15/archivo-del-libertador/Bolívar y López Méndez piden a la secretaria de relaciones exteriores de la junta de caracas que Andrés Bello sea agregado a la misión diplomática a Inglaterra Doc. Nº 58 "Señores Don Simón Bolívar y don Luis López Méndez: La Suprema Junta, teniendo en consideración los motivos que VSS. alegan en su oficio de ayer para pretender que les acompañe en la comisión a Londres el Comisario de Guerra- don Andrés Bello, Oficial Primero de la Secretaría de Relaciones Exteriores, ha condescendido con su instancia; y lo comunico a VSS. para su inteligencia. Dios guarde a VSS. muchos años. Caracas, 5 de junio de 1810. JUAN GERMÁN ROSCIO”.

[3] Ídem Simón Bolívar Desde el  Cuartel General de Barcelona en comunicación de fecha 5 de enero de 1817,  Doc. Nº 1749 “…hemos tenido a bien autorizar al efecto, como por las presentes autorizamos a los señores Luis López Méndez y en su ausencia o muerte a Andrés Bello , resi­dentes en la ciudad de Londres, ofreciendo bajo la fe más sagrada en nombre y representación de la República, dar el más pronto y exacto cumplimiento a todas las estipulaciones de cualquier naturaleza que sean, políticas y comerciales, que contrajeren en virtud de las facultades que por estas Letras les conferimos en toda la extensión, grado y fuerza que se requiere para que sean válidas y firmes ahora y en todos tiem­pos como que no se hacen en nuestra representación personal si no en la de la República, que siempre subsiste.”
[4] Simón Bolívar carta datada en Bogotá, dirigida a don José Fernández Madrid y don Andrés Bello, anunciándoles el envió de un poder especial para proceder a la venta de las minas de Aroa, sobre lo cual les instruye pormenorizadamente Doc. 296
[5] En Londres  se casa en 1815 con Ana María Boyland su temprana viudez lo lleva a contraer segundas vida  Isabel Dunn
[6] AVILÉS, Tania Para el establecimiento de una genealogía de los manuscritos: el caso de los cuadernos de Londres de Andrés Bello anales de literatura chilena Año 17, junio 2016, número 25, 13-32 ISSN 0717-6058
[8] Idme carta del libertador Simón Bolívar a Andrés Bello fechada en caracas, 16 de junio de 1827.participando no estar encargado de las relaciones exteriores; pide se agite el negocio de la minas de Aroa y se procure su interés. expone que el congreso no ha tomado en consideración la renuncia. Doc. Nº1375
[9] Ibídem
[10] Archivo del Libertador  Documento 1992. carta del libertador Simón Bolívar al señor José Fernández Madrid fechada en quito el 27 de abril de 1829. Le pide que auxilie al señor Andrés Bello y que lo persuada para que regrese a su país.

[11] ANDRES BELLO  POESIAS   Ediciones del Ministerio de Educación  Caracas 1952 p.p 75-76
[12] Ídem p. 8 El Poema La Vacuna escrito por los años de 1804
[13] Ibídem p. 10
[14] GARCIA APONTE, Isaías. Andrés Bello. Contribución  al estudio de las ideas en América. Publicación de la Universidad de Panamá. 1964 p. 42-43
[15] ANDRES BELLO  Obras completas   Temas de Historia y Geografía Ediciones del Ministerio de Educación Caracas 1957  p. 249. De la página 245-252 el articulo completo publicado en 1848 en El Araucano y compilado por la  comisión editora de esta obra.