Escrita por: Nelly Guilarte Ugas
Partiendo de esta premisa “la historia no es juzgar; es
comprender y hacer comprender[1]”
esbozada por Lucien Febvre en su obra Combates por la Historia; asumo las
presentes líneas con el intención de compartir algunos aspectos relacionados
con la primera mujer que le correspondió
amamantar a Simón Bolívar, la criolla cubana Inés Mancebo de Miyares; hecho que
podría pasar por fútil y trivial de no ser porque se refiere al Libertador.
Imagen ilustrativa |
Decidí escribir sobre este tema calificado de intrascendente por algunos actores, al
calor de la diatriba que se ha
manifestado en nuestro país (Venezuela),
en torno a una lección que aparece en uno de los textos de la Colección
Bicentenaria[2],
en el cual se afirma que “una cubana amamantó a Simón Bolívar”
(El Libertador).
La fuerza que en nuestro país ha tenido la concepción
historiográfica que ha exaltado la vida de los prohombres y la utilización de estas figuras en el
discurso político de los grupos gobernantes
durante toda la vida republicana, ha hecho del Libertador y todo lo
referente a su accionar, elementos
polémicos y controversiales.
Si bien es cierto
para algunos el hecho de quien amamante
a alguien o no, podría pasar como inadvertido o considerarse
de poca trascendencia; no es menos cierto que también los hechos menudos y
cotidianos podrían conducirnos a comprender
aspectos fundamentales y
constitutivos de una sociedad; sobre
todo nos ayudan o estimulan a
recrear parte de la historia; esos sucesos cargados de sentimientos son esencialmente humano, tienen el vigor
para sobrepasar la dimensión del tiempo
pasado y llegar hasta el presente con
la preeminencia que les reviste.
No fue algo excepcional
que personas “extrañas” lactaran a Simoncito, era práctica común durante la
colonia y muy adentrado el siglo XIX; las familias aristocráticas y de cierta
posición económica y social solían contar con mulatas, zambas, “libres”, o esclavizadas para cumplir esta
función. En el caso de la familia Bolívar, una de las mas encumbradas
aristocráticas y mantuana de la Caracas colonial, esto no podía ser diferente,
debemos suponer que los hermanos del Libertador también ostentaron el
privilegio de ser amantados por alguna
esclavizada; mas sin embargo, por la connotación que toma el más pequeño de los
vástagos de esta familia en la historia de Venezuela, este acto ha sido y es objeto de disímiles reseñas.
Sobre las mujeres que amamantaron al Libertador
variadas son las referencias que encontramos en: artículos, libros y crónicas,
gran parte de los escritores que le han dedicado líneas o biografías al
Libertador por lo menos reseñan lo
referente a las nodrizas de Simón Bolívar; reconocidos historiadores e
historiadoras, oficiosos y principiante
señalan algún comentario al respecto.
Entre la más
conocida y reconocida nodriza del niño Simón Bolívar está “La Negra Hipólita”[3] algunas
cartas del el Libertador dejaron para la
posteridad el reconocimiento y la huella que esa relación dejó en su vida, plasmada
con palabras de admiración, respeto y
amor filial en sus epístolas,[4]
entre estas citaremos la correspondencia
enviada a su hermana María Antonia, donde trata asuntos de la vida intima
familiar, intereses económico relacionado con las propiedades de él y su
familia, la carta fechada en el Cuzco.
el 10 de julio de 1825, señala “Te
mando una carta de mi madre Hipólita para que le des todo lo que ella
quiere; para que hagas por ella como si fuera tu madre, su leche ha alimentado
mi vida y no he conocido otro padre que ella”[5]
También es digna de mencionar, la comunicación
dirigida al Dr. José Ángel Álamo desde Bogotá, el 21 de septiembre de 1827,
donde Bolívar le instruye, para que le
sea asignado de su cuenta personal, un estipendio de treinta pesos a Hipolita, al cierre de esta esquela afirma: “Mi deseo es que esta infeliz que
me alimentó no perezca de miseria”.[6] Cuatro años antes, en mayo
1823, él había indicado a su sobrino Anacleto mediante una carta para que este le ordenara al arrendador
de la hacienda de San Mateo pasar una mensualidad de treinta pesos a Hipólita
de por vida.[7]
También se ha señalado a Matea como otra de las mujeres que dio pecho a Simón Bolívar,
hecho que podría ser cierto ya que esta era una de las esclavizadas del
servicio doméstico de la familia Bolívar
y al parecer también estaba parida para entonces; pero advierte el historiador Ramos Guedez
“Que en los múltiples escritos del Libertador no se ha encontrado ninguna referencia al respeto”[8]
El caso que en esta oportunidad queremos resaltar, es
el de Inés Mancebo de Miyares la
criolla Cubana, de quien Bolívar tomo pecho por primera vez; reseñado por escritos, historias y crónicas y que he
retomado en función pedagógica. Dos documentos
del Libertador testimonian, que
Doña Inés cumplió con esa función; el primero fechado en Caracas en
agosto de 1813, remitido a Manuel Antonio Pulido quien actuaba como
Gobernador de la Provincia de Barinas;
dicha comunicación se emite en función
de solicitar se levantara una medida de secuestro[9]
que pesaba sobre los bienes de esta familia en la Provincia de Barinas “… corresponde
a la gratitud que un corazón como el mío
sabe guardar a la que me alimentó como madre
fue ella la que en mis primeros meses me arrulló en su seno . ¡Que mas
recomendación que esta para el que sabe amar y agradecer yo! Bolivar [10]
El segundo documento, es una carta fechada en Caracas el 23 de
junio de 1827, remitida por Libertador
al Coronel José Félix Blanco, Intendente del Orinoco, donde Simón Bolívar recomienda a Inés Mancebo
de Miyares, en la cual expresa, que ella
le dio de mamar en sus primeros días; para
ilustrar cito a continuación: “Mi querido Coronel y amigo: con el
mayor interés me empeño con usted para que usted se tome la
pena de oir en justicia a mi antigua y digna amiga la señora Mancebo de Miyares
que, en mis primeros días me dio de mamar ¿Qué mas recomendación para quien
sabe amar y agradecer? Soy de Vd. El
mejor amigo.- Bolívar”[11]
En crónicas de Caracas, Arístides Rojas[12] nos
deja un artículo titulado “La primera nodriza de Bolívar” en este, de forma muy amena, amplia y
pormenorizada encontramos una reseña de la vida familiar de esta mujer que
le correspondiese amamantar al niño simón “… Doña Inés Mancebo de Miyares, de noble
familia de Cuba muchacha esplendida poseedora de un carácter tan recto y lleno
de gracia…”[13]
En los relatos de
esta crónica, sobre la primera Nodriza de Bolívar hay tres meritorios de
referenciar: el concerniente al encuentro entre Bolívar y Morillo, donde
supuestamente entre los temas iniciales de conversación de estos dos jefes
militares, estuvo el concerniente a la relación entre Bolívar e Inés Mancebo de
Miyares y donde Bolívar reconoce que esta mujer lo nutrió en los primeros meses
de vida[14];
el otro, la visita que aparentemente
hace Bolívar a Doña Inés después del triunfo de Carabobo en 1821[15] y
por último, el relato que describe el
alarde de los descendientes de Inés Mancebo
al escuchar a alguien hacer gala
de cierto recuerdo sobre el Libertador; estos acallaban cualquier pretensión
con la frase siguiente: “Quite usted, que en mi familia fue donde le hicieron a Bolívar las entrañas, queriendo decir con
esto que la primera nodriza de Bolívar
fue la esposa de aquel notable militar,
doña Inés Mancebo de Miyares, noble hija
de Cuba.[16].
Es pertinente detallar en este artículo que Inés
Mancebo de Miyares era una blanca criolla, natural de Santiago
de Cuba, hija de Bernardo Mancebo y de Ana María Quiroga, perteneciente a una de las familias
aristócratas de esa Isla. Llegó a la provincia
de Caracas a finales del siglo XVIII; cuando su esposo
Fernando Antonio Vicente Miyares Pérez,
un alto funcionario militar, de comprobada fidelidad a la corona española fue
designado para cumplir funciones de gobierno en la Provincia de Venezuela; entre
los importantes cargos
desempeñados de servicio al Rey destacan: Intendente de la Provincia de Barinas
y Gobernador político y militar de Maracaibo.
Cuando arriba a Caracas fija
residencia cercana a la casa de Juan Vicente Bolívar, por su condición de
esposa de un alto funcionario de la Corona, debió codearse con la aristocracia
caraqueña; su amistad con Doña Concepción la llevó a prestar auxilio con su
leche al recién nacido; del matrimonio Bolívar Palacios quien años más tarde se
convertiría en uno de los mas connotados
personajes de la insurgencia
Independentista de América contra
el imperio español.
Cabe destacar que la señora
Miyares se mantuvo fiel a la corona y su
esposo fue un militar activo del ejército español en contra de los
independentistas, parte de sus bienes familiares fueron confiscados y según las
referencias documentales ya citadas, el
Libertador interfirió para que estos le fuesen devueltos.
La primera mujer que
amamanto, o en otras palabras le hizo
las entrañas. Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios fue
“Doña
Inés Mancebo Quiroga y Miyares” blanca criolla, nacida en Cuba y
realista; el contexto histórico que le
correspondió vivir la convierte en una de las madres de leche del Libertador
FUENTES CONSULTADAS
Documentos
del Libertador en http://www.archivodellibertador.gob.ve
BERBESÍ DE SALAZAR, Ligia y
Vázquez de Ferrer Belín; Representaciones del poder en el antiguo
régimen. el caso del gobierno provincial en Maracaibo.1799-1810 en
Instituto de Estudios Hispanoamericanos ensayos históricos 2º etapa Nº 11 Anuario del Instituto de Estudios
Hispanoamericanos. Universidad Central
de Venezuela Caracas 1999 consultado
en http://opsu.sicht.ucv.ve/pdf/ensayo%2011.pdf
[1]
FEBVRE, Lucien; Combates por la Historia. Editorial Planeta –De Agostini
Buenos Aires 1993.
POLANCO
ALCÁNTARA, Tomás; Simón Bolívar: ensayo de una interpretación biográfica a
través de sus documentos. Biblioteca Digital Andina consultada en:
RAMOS GUEDEZ, José Marcial; Las Ayas y Nodrizas Africanas y sus
descendientes: Aportes culturales tanto
en Venezuela Colonial como durante el
siglo XIX. Ponencia presentada en el III Congreso Internacional de Ciencias
Históricas. Barquisimeto, Julio 2009.
TROCONIS DE VERACOCHEA, Ermila; Indias esclavas mantuanas y primeras damas Academia Nacional de la Historia, Alfadil Editores Caracas 1990.
[1] FEBVRE,
Lucien; Combates por la Historia. Editoria Palaneta –De Agostini Buenos Aires
1993. Pág. 167
[2] La Colección Bicentenaria son textos escolares gratuitos
distribuidos por el Ministerio del Poder Popular para la Educación a
todos los planteles Oficiales de Venezuela
[3] RAMOS GUEDEZ; José Marcial Las Ayas y Nodrizas Africanas y sus
descendientes: Aportes culturales tanto
en Venezuela Colonial como durante el
siglo XIX. Ponencia presentada en el III Congreso Internacional de Ciencias
Históricas. Barquisimeto, Julio 2009. Señala el autor que Hipolita permaneció
por muchos años como esclavizada de la familia Bolívar en la hacienda-trapiche
de San Mateo (actual Estado Aragua)
donde nació el 13 de agosto de 1763, de allí pasó como nodriza a Caracas donde murió el 26 de junio de 1835 y
[4] Los
documentos del Libertador donde este manifiesta su preocupación por Hipólita
que hemos consultado http://www.archivodellibertador.gob.ve; son u total de
siete
[5] http://www.archivodellibertador.gob.ve Doc N° 155
[6] IDEM Doc. N° 271
[7] IDEM Doc. N° 118
[8] RAMOS GUEDEZ; José Marcial Las Ayas y Nodrizas Africanas y sus
descendientes: Aportes culturales tanto
en Venezuela Colonial como durante el
siglo XIX. Ob.cit.
[9] El secuestro fue una medida de
confiscación y ocupación de bienes y propiedades utilizada tanto por
realistas como por patriotas sobre los bienes de sus adversarios
[10] http://www.archivodellibertador.gob.ve Documento N° 69
[11] Idem
documento N° 252
[12]
Aristides Rojas Naturalista, médico, historiador y periodista nació en Caracas en 1826 y murió en 1894. Las crónicas de Caracas es una
literatura de corte Histórico donde relata
amenamente los hechos con una fina estética nutrió sus
investigaciones en documentación de archivos relatos y puso al descubierto
hechos de de la cotidianidad
[13] Rojas
Arístides Crónicas de Caracas. Editorial CEC . Libros de El
Nacional 2005. Pág. 99
[14] IDEM pag. 102 “Entre los diversos temas de conversación que tuvieron Bolívar
y Morillo, este hubo de traer al primero
recuerdos gratos –En caracas tuve el gusto de conocer y tratar a vuestra
bondadosa madre en la casa del brigadier Correa -_le dice
_¡Mi madre! _exclamó Bolívar… Si,si,si
mi madre Inés ¡No es verdad? ¡Que mujer! ¡Que matrona tan digna y noble cuanto talento cuanta gracia ¡
_añadió el Libertador
_¡No os parece una de las más elevadas matronas de
Caracas?
_Si. Si. _contestó Bolívar-. Mas que elevada es un
Ángel _ añadió_ Ella me nutrió en los primeros meses de mi existencia
[15] IDEM. Pág. 103 _¡Simón! ¡ Eres
tu! … exclamó Inés al ver a
Bolívar en la puerta interior del
zaguán.
_Madre querida, venga esos brazos donde tantas vedes dormí _ exclamó Bolivar
[16] IDEM. Pág. 103