En
el estudio y comprensión de la cultura de los pueblos originarios de Aby Ayala,
un lugar preponderante corresponde a la agricultura y en esta especialmente lo
relacionado al cultivo del maíz, los avances experimentados en la agricultura
les permitió su vivencia en comunidad,  el
crecimiento y funcionamiento de grandes centros poblados  donde se concentraban actividades políticas,
religiosas y comerciales al mismo tiempo que se favoreció la relación intrarregional. 
La
concepción de un mundo multidimensional 
y complejo, donde  cada una de las
partes es indivisible de la totalidad  se
reflejan  en el desarrollo de sus
prácticas agrícolas y estas sistematizan el conocimiento construido  socialmente, 
donde convergen relaciones congruentes de todos los fenómenos del
universo.
Las
características de  la agricultura  al igual que otras expresiones  del mundo cultural evidencian su rica
diversidad y heterogeneidad que le es propia en sus distintos niveles, grados y
formas de desarrollo; tanto en lo que concierne al desarrollo de sus fuerzas
productivas como en el contexto de su diversidad geográfica y de la
cosmovisión  propia de cada nación  o área cultural. Pero independientemente del
nivel de desarrollo de  sus fuerzas
productivas las concepción mágico religiosa de cada pueblo y/o las condiciones
climáticas, la actividad agrícola se realizaba sin deteriorar el paisaje
natural, más bien reafirman esa noción nuestra originaria de interdependencia y
veneración  de los seres humanos hacia la
tierra como madre, pachamama, engendradora de vida; en tal sentido en el método de
cultivo   se manifestó esa relación de respeto,
complementariedad y armonía.
Las
practica, métodos y características de la agricultura se diferenció en el marco
de las especificidades propias de cada espacio cultural y por ende esto se hizo
evidente en el cultivo del maíz, muy a pesar de las peculiaridades las
interacciones e interconexiones  entre
pueblos, permito  la distribución y
expansión  por todo el continente  del cultivo de maí.
El
maíz es uno de las sembradíos mas expandido en todo el continente antes de la
llegada de los europeos, destacan los avances alcanzados  en la domesticación de plantas, mejoramiento
fitogenético, técnicas de rotación, estratificación y combinación de cultivos,
Rodrigo Vergara Ruiz en su libro el manejo de los cultivos  en le época prehispánica y su vigencia  el caso de Colombia  nos señala respecto a la asociación de
cultivos según la literatura del siglo XVI lo siguiente:  a.- Maíz-frijol-algodón, b.- maíz-ají-
Melones- camotes.frijoles, c.- maíz-aji-frijoles-calabaza, d.-
maíz-frijoles-chia, e.-maíz-frijoles-chia-amaranto.
El
método más extendido  de cultivo en las
islas del Caribe Centroamérica y el norte de sur América era el de talar el
área  de siembra, posteriormente  quemar y 
después cavar con un palo y hacer un hoyo  en la tierra 
para proceder a la siembra,  que
consistía en  echar en cada hueco de 5 a
8 granos a la distancia de lo que alanzaba un paso al caminar, era un trabajo
colectivo donde participaban tanto los hombres como las mujeres.[1]
La
siembra estaba asociada a  las
condiciones del medio, en las serranías de tierra caliente se sembraba en las
gargantas valles internos y laderas, la técnica consistía en desmontar parte de
la vegetación sembrar y dejar en reposo el terreno por un lapso de cuatro a
seis años.[2]  En las laderas de la cordillera Andina correspondiente
al actual territorio de Colombia  lo
grupos de agricultores hicieron terrazas, muros de contención  y canales para su siembra.
         Los
que habitaban en los alrededores del lago de Tenochtitlán  (actual México) el cultivo del maíz se
realizó en las chinampas,  sistemas de
cultivos sobre camellones con canales de agua circundante, esta técnica
permitió una optimización de los cultivos, diversificación, combinación de
cultivos, control natural de plagas generando alto rendimiento y
sustentabilidad;  fue una de las grandes
innovaciones de los aztecas  “… que sin tanto trabajo  siembran y cojen maices  porque como todos son camellones  que ellos llaman  chinampas que son surcos echos sobre las
aguas  cercados de zanjas  no han menester riegos.”[3]
En
los Andes sudamericanos en las tierras que corresponden hoy a Peru y Ecuador,
el maíz  fue utilizado fundamentalmente con
fines rituales mágicos y un privilegio para las clases dirigentes en tal
sentido para el proceso de su siembra y cosecha  se practicaban diversas ritualidades,  así lo señala Murra al referirse a la siembra
del maíz en Perú. “Un
grupo de sacerdotes ayunaba  desde
el  momento en que se sembraba el maíz
hasta que el brote tenía el alto de un dedo: pidiéndole al sol que llegase allí
el tiempo”[4]. También  ejecutaban danzas  y rituales 
para espantar la sequia o malas nevadas que amenazaban  mas al maíz que a otros rubros  y se 
le ofrendan a la cosecha con múltiples celebraciones en el Tawantinsuyo o
Tahuantinsuyo se incremento el cultivo del maíz   en los campos del estado donde se hicieron
grandes construcciones para el riego que permitió mayor productividad de maíz.
Sobre
las técnicas de cultivar el maíz en tiempos de Abya-Yala en tierras del Peru
dos son dignas de referenciar, la primera es el proceso de enriquecimiento de
los suelos con la utilización del guano como fertilizante “cerca dela mar en la comarca destos valles ay algunas yslas bien
pobladas de lobos marinos . Los naturales van a ellas en balsas, y de las rocas
que están en sus altos traen  gran
cantidad de esttiercol de las aves  para
sembrar sus mayzales y mantenimientos…”[5]
y la segunda es la que nos refiere 
Cieza  de Leon en su crónica de
Peru sobre la extraña  forma de cultivar
maíz en la población de Chilca y que citamos a continuación.
“…
se ve una cosa muy extraña  que es  de notar por ser muy extraña, y es, que ni
del cielo se ve caer  agua ni por el
pasaba  rio ni arroyo  y esta lo más del valle lleno de sementeras
de mayz y de otras rayzes y arboles   de
frutos…, los indios hacen unos hoyas muy hondas en las cuales siembran y ponen
lo que tengo dicho y con el rocio y humedad es Dios servido que se crie  pero el mayz por ninguna forma ni vida podrá
nacer, ni morticicarse el grano , si con cada uno   no se echasen una o dos cabezas de sardinas
de las que tomna con sus redes en el mar , y asi al sembrar las ponen y
juntan  con el mayz en el propio hoyo que
hacen para echar los granos  y desta
manera  nace y se da en abundancia”[6]
         Los pueblos primigenios que convivían
en el actual territorio Venezolano también practicaron el cultivo del maíz, el
cual realizaban en sembraduras comunales en combinación con: yucas, batatas, frijoles
y auyamas entre otros; la técnica de cultivo consistía en rosar el monte quemar
en tiempo se sequia  esperar las lluvias
para que la tierra ablandara y allí entre la cenizas con un palo hacen el hoyo
donde colocan los granos quitan la breña solo una vez y recogen para su consumo.
Cultivaron de seis a siete especies de diferentes tamaños y colores (morado,
blanco, amarillo, negro, matizado)[7],
tal y como lo hicieron otros pueblos de nuestro continente guardaban el maíz de
semillas para las próximas siembras  en
aposentos llamados barbacoas al abrigo del humo de sus fogones para protegerlos
de los gorgojos y tener mejores cosechas.[8]
Escrito por:
Nelly Guilarte Ugas
[1]  “… para la siembra lo que se hace  es primero 
talar los cañaverales  y monte  donde se quiere sembrar…, y después  que se ha 
hecho aquella tala  o roza,
quemese y después de quemado la tierra que ai se talo   queda aquella ceniza  un temple 
a la tierra, mejor que si se etiercolara; y tomo el indio un palo en la
mano tan alto como él y da un golpe  de
punta en tierra  y sacala luego  y en aquel agujero  que hizo hecha con la otra mano siete u ocho
granos  poco mas o menos  del dicho maíz  da luego otro paso adelante  y hace lo mismo y de esta manera a compas
prosigue  hasta que llega al cabo de la
tierra que siembra y poniendo la dicha siembra y alos costados de tal indio  van otro lado haciendo lo mismo  y de esta tomar a dar al contrario  la vuelta sembrando, y asi continuándolo
hasta que se acaban” en  FERNÁNDEZ DE
OVIEDO, Gonzalo Sumario de la Natural
Historia de las Indias. México Fondo de Cultura Económica pag 92- 93
[2] “Todos los
serranos y que participan de la tierra caliente , hacían sus sementeras en las
laderas y gargantas der las sierra, desmontando los arboles y breñas para
sembrar  el grano Pero la tierra que se
siembra un año  no se siembra mas en
aquellos quatro  ni seis  hasta que otra vez han nacido  breñas y las cubren  con cuias sombras  se vuelve a humedecer la tierra y se reforma
para otra siembra en TORREQUEMADA F. Juan de Segunda parte de los veintiun
libros  rituales i monarchia indiana  con elogio y guerra de los indios  occidentales de sus poblaciones
Descubrimientos y conquistas  conversiones y otras cosas maravillosas de la
misma tierra.  Madrid 1723. P. 842
[3] F. Juan de
Torrequemada ob. Cit. 483
[4] MURRA, John.  El
mundo Andino: población medio ambiente y economía. Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad  Católica del
Peru  Peru 2007 p150
[5] La nueva chronica del Peru, nuevamente
escrita 
por Pedro León de Cieza AnvErs 
casa de Martin Nucio MDCLIII folio 141 vto
[6]
La nueva
chronica del Peru,  nuevamente
escrita  por Pedro Leon de Cieza Ob. Cit.folio
137
[7] “Del maíz hay
seis o siete especiaes  y es de diversos
colores; unos que llaman amapo  da frutos
a los cuarenta días es muy menudo y tiene muy pequeña la mazorca … el maíz  de que comúnmente hacen el pan  es muy tierno y fácil de moler ; este para preservarlo
del gorgojo se le da humo fuerte algunos meses” RUIZ BLANCO Matías Conversión
de Pirita de indios Cumanagotos , Palenques y otros … Madrid 1690.
[8] “El hecho de
poner  unos granos de maíz en las trojas
como su corazón tenía como fin asegurar un buen año  para la agricultura. Los granos de maíz y
otras semillas se colocaban  algún sesto junto
a un ídolillo a quien atribuyen aumentar la hazienda  y esti hiba dentro de las trojas que en
muchas parte se llamaba cuezcómatl” tomado de: 
HEYDEN Doris,  El cuerpo de Dios:
El maíz en:  Animales y plantas  en la Cosmovisión mesoamericana . Plaza y
Valdez S.A Mexico 2001 p 30 

